lunes, 28 de mayo de 2018

La antropología filosófica.

Es una rama de la Filosofía que centra sus esfuerzos en descubrir qué es el hombre. Etimológicamente, proviene del griego antropos, que significa hombre y logos, tratado o estudio. Nuestra realidad inmediata siempre está formada por dos elementos: el mundo en el que nos encontramos, y nosotros mismos.  El yo y su mundo forman una realidad unitaria, integral. Algo así como las dos caras de una moneda. 

Al intentar responder la pregunta "¿qué es el hombre?", intentamos descubrir cuál sea la conexión entre esas dos caras de la moneda: cuál es la relación entre el hombre y su mundo. Con esta relación comprendida podremos acercarnos al camino que permite una armoniosa relación mundo-hombre, esto es, la felicidad. De aquí la importancia de descubrir qué es el hombre. 

Lo primero que nos plantea la Filosofía es la disyuntiva siguiente: o el hombre tiene una naturaleza fija y universal o el hombre carece por completo de esta naturaleza invariable. Si afirmamos que el hombre tiene una naturaleza intrínseca e invariable, decimos que, en el fondo, todos somos iguales, tenemos "algo" que nos hace esencialmente iguales. Mientras que si concluimos que el hombre carece de una naturaleza fija, estaremos diciendo que cada hombre es completamente único e irrepetible, de modo que lo que nos hace hombres no es algo esencial, sino más bien cuestiones meramente accidentales. ¿Existirá esta naturaleza humana? De ser así, ¿en qué consistirá? Seguramente habrás oído al hombre ser definido como animal racional. ¿será esa naturaleza la razón que nos hace diferentes de todos los demás seres vivientes? ¿o será el alma? 

Una característica de la razón humana es el desarrollo del lenguaje; sin embargo, sabemos del fascinante lenguaje que desarrollan las ballenas, incluso la creación de diferentes dialectos. El comportamiento animal, que calificamos instintivo no es entonces tan diferente del humano. Encontrar una definición satisfactoria a la pregunta, ¿qué es el hombre? nos llevará a descubrir cual es la diferencia fundamental entre el ser humano y el resto de los seres vivos.

Al preguntarnos por el hombre, nos preguntamos implícitamente por su naturaleza, pero esta no es lo mismo que esencia. Un secuestrador posee como rasgo llamativo de su naturaleza, su total indiferencia hacia el prójimo; de hecho lo considera como una cosa, una mercancía cualquiera que puede ser intercambiada. Por otro lado, Sócrates prefirió acatar la sentencia de muerte que le fue impuesta antes de escapar de prisión, pues tal hecho iba en contra de las leyes. Estos dos casos nos muestran rasgos distintivos de naturalezas muy diferentes, uno antepone su bien por encima de la de los demás; el otro, antepone un sentido de justicia por encima de su propia vida. Sin embargo, ambos siguen siendo hombres.  

La esencia será aquello que hace que un hombre sea tal, es decir, la característica o el elemento que hace lo diferente a cualquier otro ser.

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